En muchas ocasiones me gusta preguntar a las personas que encuentro en mi camino de vida. ¿Tú, qué prefieres, vivir con riqueza o vivir con abundancia?
Cuando termino de formular esta pregunta, percibo en la Comunicación No Verbal de mi interlocutor o interlocutora, cierto desasosiego y una agitación masiva, seguida de una mirada de perplejidad, señal de que algo maravilloso esta ocurriendo en su cerebro, aunque su razonamiento lógico lo vista de afirmaciones del tipo, "Este se ha vuelto loco...."
Sé que se da este tipo de pensamiento, pues cuando, en el
curso de Practitioner en PNL, nos hicieron esta pregunta al grupo-clase, esta misma fue mi reacción.
Tras mucho investigar sobre el tema de vivir con abundancia y aprender a diferenciarlo de vivir con riqueza, decidí empezar a vivir con abundancia, hecho que ha cambiado mi manera de percibir las situaciones que se me presentan cada día y la manera de sentir mis pasos a la hora de plantearme nuevos objetivos.