Saber si un niño es superdotado, si tiene capacidades superiores para el aprendizaje o si, por el contrario, tiene dificultades es una de las preocupaciones de los padres cuando los hijos son pequeños y, en especial, cuando asisten al colegio por primera vez. Distintas pruebas son adecuadas para responder a esta pregunta, siempre realizadas por profesionales que sepan cómo interpretar los resultados. Entre ellas, los test de inteligencia se emplean en el ámbito escolar para conocer las posibilidades intelectuales de los estudiantes, predecir su rendimiento o detectar necesidades educativas.
Cuando un adulto realiza un test de inteligencia, espera conocer un resultado, un número que le diga cuál es su valor en una escala. Sin embargo, en el caso de los menores, los test de inteligencia en el aula son un baremo que evalúa sus capacidades. Se analizan las aptitudes para atenderles correctamente, ya que un caso de altas capacidades no detectado es también motivo de fracaso escolar.
La diferencia entre los resultados de un test en un niño y en un adulto es que en los pequeños se atiende a la edad mental. Se compara si esta coincide con su edad cronológica y, a partir de ahí, se valoran las capacidades. Tener una edad mental inferior a la cronológica implica que el niño es más lento en la asimilación de contenidos. Un estudio reveló, no obstante, que la motivación al realizar un test de inteligencia es un factor que influye en el resultado. El hecho de empeñarse en hacer algo bien ayudaría al éxito.
buena información gracias santi hernandez feliz semana saludos cordiales
ResponderEliminarIgualmente, Isidro!
ResponderEliminarProcuro aportar información de utilidad.
Un saludo.