Demasiadas horas frente al ordenador jugando a los videojuegos. Es una constante preocupación de los padres de los adolescentes, quienes pasan de cinco a ocho horas diarias jugando con sus héroes virtuales.
Las revoluciones tecnológicas han vuelto del revés el concepto de transmisión de los avances entre generaciones. Hasta ahora, los adultos eran los encargados de inculcar las innovaciones a los niños. Ahora y por primera vez en la historia, son los jóvenes los que adoptan y controlan la tecnología de manera más rápida, ante la impotencia y el desfase de los adutos.
El videojuego es hoy en día, el producto cultural más vendido en el mundo, por delante del cine y la música.
Algunos de los videojuegos de disparos en primera persona alcanzaron los mil millones de euros en ventas, solo en su primer día.
La violencia recauda mucho dinero y los jóvenes, su público más fiel, la consumen en grandes dósis, ante la controvertida mirada de los adultos.
Sin embargo, algunos neurocientíficos y psicoterapeutas opinan que las personas que juegan a videojuegos de acción, toman decisiones más rápido y cometen menos fallos.
Apoyados en estas premisas, educadores de Canadá han introducido los videojuegos en los colegios.