Hace mucho, en la antigua India, un ladrón que escapaba de los guardias vio a un mendigo dormido en un oscuro callejón. Sin que nadie se diese cuenta introdujo la pequeña, pero valiosísima joya, que acababa de robar, en el bolsillo del mendigo.
Luego escapó corriendo, con la intención de regresar y robarle a éste, cuando hubiera logrado despistar a los guardias. Pero la guardia lo alcanzó aquella noche y el ladrón murió luchando con ellos.
El mendigo era un hombre rico. Llevaba en su bolsillo riqueza suficiente para vivir con comodidad el resto de sus días, pero como nunca revisaba sus propios bolsillos, no se dio cuenta y vivió el resto de sus días en la miseria.
Nunca se sabe lo que puedes encontrar si miras en tu interior. Podría haber tesoros ocultos.
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